enero 29, 2007
linda gaviota
...no es este espacio vacio en la cama, no es la luna que entra por las rendijas de la ventana, no es mi brazo que no te encuentra, no es la distancia de besos que hay de un pecho a otro, no es la cantidad de palabras que se junten para extrañar a alguien que no sabes si espera, no es nada de eso, es solamente mis tercos labios que no te encuentran en las esquinas.
Quizás es porque equivoque el amor por buscarlo en las calles, o es quizás esta tenue luz de Montevideo, sus teatros, su gente, o el ver al mendigo de ojos azules, y mi barba, y mis ojos se posaron en una linda gaviota, en aquel atardecer de noviembre, y me axfisia la cama, las sábanas.
O es que no debo tatuar el amor, no debo dejar lágrimas pegadas en las espaldas, sólo debiera recoger a la gaviota y llevarla a mi lecho y me cuente sus historias de mar y amor, hasta el amanecer, y si no se convierte en la mujer desnuda, la dejaré volar, y que se lleve mi ojos y que los pose en lo alto del puerto para verla volar y ser feliz.
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