enero 22, 2011

Collage - Hibrido de Labios

¿Por donde anduvieran mis versos
empañados en el baño?

¿Por donde andarán silenciosos labios,
infinitos nombres, oscilantes muslos
e incorrupta piel?

¿Por donde andarán mis besos y mis lágrimas?
¿he marcado bien la banca de hielo donde olvidé mi llanto,
cuando salgo en busca de lágrimas mías pegadas
en corazón anónimo o en alguna pared?

¿Qué putas puedo hacer
con dulces niñas
que quieren hombre
 y no poesía?



enero 07, 2008

Javier Valencia - Poemas


Bienvenidos al blog del actor, poeta, director y productor peruano, Javier Valencia Palomino. "El Viejo Palomo", donde encontrarás fragmentos de los poemas publicados en los libros "El eremita guardián de la Lágrima" y "Golpeando la calle", vendidos en Perú, Chile, Bolivia y Argentina. Así como poemas de próxima publicación.

la equivocacion del poeta a su niña

donde estará Yrina, la de los ojos verdecidos
la del paso perdido, la del cantar escondido
la de los años que escarcho al tiempo
la que compartió sueños, labios y lágrimas
¡ay, quisiera que fuera abril
con sus colores volátiles!
y no un junio de hojas tristes
y poemas olvidados en la cama,

¡ay, mi amor! Quisiera tapizar mi cuarto
de poemas olvidados.

El despertar de un vacío al estirar mi brazo
y no encontrar el seno febril
y desvelados besos
y en vez de eso un manojillo de versos
que nunca te escribí,
me arranco el corazón y
lo exhibo en una vitrina
para que tú en tu ventana lo veas
y antes de que den las cuatro
lloraré por el amor y la equivocación
mientras se seca el corazón.

Una mujer se derrama con la luna,
las tardes de domingo
se olvidan de los solitarios,
del calor de las historias de calle,
del amor escondido en el desván
y de la fe que perdí.

Los domingos me saben a muerte,
sé que me vas a decir que no
que las canciones que escribí
las queme y forme una hoguera de amor
para calentar a mi corazón
para que me veas lindo y bueno otra vez
y tus dulces ojos se acuesten conmigo.
Tuvimos perdidas parecidas,
cuando las estaciones del alma
detuvieron a las caricias y
las lágrimas volaron como golondrinas
perdidas en un mar azul.

Vestido de ternura e inmensidad
tuve muchas mujeres
y no recuerdo el sabor
del aliño de los hijos que nunca tuve.

Creo, que yo era feliz
con unos poemas, una novia,
el encuentro del teatro,
pero unos versos de soledad
me perseguían tiempo atrás
para que los recoja y te los diera
en un beso de junio
y tú me dijeras:
!Mira a mi lado izquierdo
que ya no tengo un orificio¡

He buscado tu cuerpo
en otras formas distintas
pero en el cielo una luz que vemos en la noche
se fue apagando como
quien cubre una pintura con un trapo.

Rodando caminos de trémulas tierras
he despertado ayer
y en la vigilia,
demacrado
he dibujado senderos en el espejo
con sangre de mis labios
eternos escultores de cuerpos tiritando
en apagada cama
albergue de trémulas andariegas
cabalgando las pupilas salvajes
suspendidas en la órbita del destino.

Me interno entre las mujeres
buscando, ¿qué?
…la cadencia de un brazo
el juego infinito de un instante
los confines de la secreta soledad
la ceguera amarga de un adiós
la penumbra que provocará un fuego
o el azar de una caricia
o una palabra que no se estrelle
herida en la tierra.

¡Nina!, Quiero estar sólo contigo
y me lleves al mar
cuando calla a la arena
para explorar las estrellas
olvidadas
en aquel camino de lágrimas que derramaste
al tirarme del barro
para estar solo conmigo.

El beso fatigado
de sueños zozobrados
mojados en tormenta henchida
de lluvia, pasto y arena
deglutidos por mis labios de agua
urden estos versos de amor
por nina y la equivocación.

Las hojas secas
me repiten hasta el cansancio
mi lamento de poeta:
¡No sé lo que es amar!
Por lo menos sé que es un contagio
una llave rota en puertas equivocadas
un malicioso arte moldeando con piel y sal
el sabor de la despedida
inusitada como las llagas de mis manos
moldeadoras de poemas y cuerpos de amor
¡por lo menos sé que el amor
una vez contagiado, no tiene cura!

Entre formas nuevas
sucumben indolentes versos
que viajan por las horas del pecado
del castigo, del azar,
por buscar a la mujer
que sin darme cuenta,
soñaba tranquila a mi lado
la que estaba buscando y
me llevará flores y poemas
al olvidado cementerio.

Nadie me ha avisado que ya he muerto
en la penumbra de mi sueños
mecidos en cajas de cartón
donde guardo también
mis oídos, mis dolores,
y fui olvidado, diluido
entre los acordes de un poema
precipitado a la laguna mental de un dios
de otros tiempos, de otros sueños,
de otras revoluciones
de otros verbos inflamados
en los caminos de los cuerpos
encajados en las fantasmales ciudades de mi lecho
tamizando el miocardio
como abanicos arrebatados
a una geisha salvaje que llora acalambrada
porque el tiempo
le arrebató los pasos que ha dado
y ella, me ha anudado a la noche
de cualquier puerto golpeado
por espasmódica tormenta
en el surco del olvido
para que no parta
en busca de nuevos mares.

Que no me cabe los sueños de niño
que nunca se cumplieron
por que se olvidaron - como yo -
de tener mujer desnuda
detrás de las hierbas.

Nuestras pieles inmundas
que inundan distancias cuando no te siento.
y te llamo muriendo,
que estoy naciendo en tu nombre
clamando lágrimas para llenar los huecos
que nos estamos haciendo en nuestros cuerpos
y los corazones filtrándose
entre las costillas
y despertamos cubriéndonos
por si no hemos muerto
en silencio,
solos,
madurando.

Y mi vacío no se llena
de lo que no tuve nunca,
sólo una mujer, un par de lápices
pan y queso,
blancos papeles,
un par de máscaras
que iluminan mis rincones
e incrementan mis aciertos.

Y muero al día siguiente
por no poder dormir a mi hora adecuada
con la mujer que toca mi espalda
y que duerme soñando despejados cielos
y yo tras de ella, sin que sé de cuenta
que le dibujo los versos de amor
terrestres, olvidados en la madrugada
sin poder decirlos,
por que soy un amoroso,
de la legión de los poetas, de los olvidados,
de los que sonríen con una flor,
los que lloran en el atardecer,
aman sin control con los detalles
que el hombre olvida
por ese otro mundo que nace en las esquinas
en los televisores, en los burdeles,
en los mercaderes de almas,
y soy el que se va y viene,
el que busca a Dios, a la mujer
y al encuentro con el otro
quitándoles sus trágicas máscaras,
y abriéndoles bien fuerte el pecho
y que sangren, y sientan,
y lloren, y sueñen
con el día del regreso del amor de las esquinas,
tembloroso, sufriente,
¡ay! Y a la vez inmaculado,
efímero como el teatro,
e inmolado
y equivocado, volver a amar
y ser un amoroso,
de la legión de Sabines, Saenz,
Rimbaud, y del chico del barrio
que escribe en la vieja banca
la historia de Penelope,
o quizás de Yrina,
quien espera, espera
espera como los mártires,
a que su poeta deje de escribir versos en la espalda
y se los de en forma de mil rosas
en una tarde lluviosa y melancólica
sonriendo con la dicha de la espera de la tristeza,
la tristeza inevitable de los que aman
de un brazo a la pierna
de un beso a una lágrima
de un amor que espera
espera, espera por que sabe
que regresa su poeta.

octubre 11, 2007

esperando la niña

he recorrido desiertos, montañas, playas,
bus cando la lagrima que de je
en la banca de hielo,
esperando la niña que me deshoja
las lineas del solitario corazon.

he vuelto en la noche,
en mi cuarto a oscuras,
y siento el espacio vacio
que nunca llenaste. Afuera hay ruido.
El aire se filtra oscuro por la ventana.
El ropero tiene sombras que se parecen a ella.
Lenta mi mano escribe sobre Ann,
le duele, se ahincona en el arrugado papel,
en el que las historias de los amorosos,
esos los que se quedan solos,
solos por no ofrecer un esternon a Dios,
se vuelan y se tapizan las paredes
con poemas de amor
que nunca se escribieron.

Ella, recoge la almohada, me besa
y despues el ruido de los autos me despierta.

setiembre 04, 2007

mariposa tribal

no puedo recordar aquella mariposa tribal
ella que no puede volar
la que siempre te acompaña
pero no es tuya

esa mariposa es del viento del oeste
de donde viene el llanto del amor
del aroma del desierto y de los labios de las dunas
de tus ojos que roban lagrimas de la luna
para que no puedan vernos las otras mariposas
y solo tocarle las alas en aquel atardecer
donde me quede soñando con una boca tribal.

marzo 22, 2007

Siento el latigazo final
bajo el brazo.
Fuerzo una rendija en el aire
para respirar prisiones de parejas
manejar rutas raras, inciertas,
conocer el triste ruido del serrucho.

Me inunda la certeza que construyen
la habitación final con clavos,
cuerdas, maderos,
mi cuerpo extendido,
distante.

Resplandece la cruz de mis poemas.

Un manantial de amigos desolados
me inquieta como agujas climatéricas,
más no puedo acompañarlos
no merecen tanta pena
y desgarro.

Mi músculo risorio se enerva.
Sólo en espasmo de humanidad
- una excusa para tomar aire -

Sufre desmembrada diástole
gastando insuficientes plaquetas, agua,
como queriendo reponer
fragmentado corazón
de carnales vientres
prohibidos.

Descifro el lenguaje desnudo
del eremita guardián de la palabra
que me delata mi anticipado fantasma
en la sombra cruzada de maderos
del atardecer de mi muerte
en asfixiante víspera,
descarriada.

Y levanto la mirada
en busca del postillón.

Lo veo empalando mis dominios
danzando el escuálido testamento
y planta su desvencijado callado
en sangrante fango
de mis verticales
talones.

Saca un trapo de su costilla
y me seca el sudor de polillas
menstruando
y arranca mi sexo
puesto a secar.

Entablilla mis órganos menores
que no caben en mis desnudos zapatos.

Desperdiga montañas de chillidos
al no poder penetrar en mi erguido pecho,
se ahoga, crece, duplica, se nutre
en medianía de mi sombra,
y algún secuaz espectro
ofrece lascivo látigo.
filudo.

Y en legítima defensa le esputo
un verso de amor no pronunciado
y lo cubro de vejez.
inmortalidad,
fluidez.

Decide expulsarme.
Anodino,
camino desertado
y ...me pesa.
Al actor Edgard Guillén que sigue iluminándonos
con su poética presencia de andante arlequín.

Luz de jaspeada sangre
ilumina impecable oscuridad
de distanciado mundo,
previstos sortilegios escarbando
rutilantes nubes
burbujeadas palabras
fangosa lluvia orquestada
con miserables cantantes de opereta
representando circundante hurto
del hechizo del fuego
amparándose en la magia incipiente
emanada de contrapunto amaestrado,
dirigidos por director sollozando
encerrado en opaco cuarto
sin vida, insoluto,
quien delira por el hambre
sondeando la risa con el llanto
diseñando huéspedes
con desorbitantes espejos
para barba rala y cuencas vacías
de único espectador,
atesorando la mística de un insurrecto Dios
o la ebria reunión de mil dioses
en fantasmal atrio
rodante teatro
excavado de ermitaño árbol,
aflorando sus inaudibles deseos
y luciérnagas de sueños lunares
fabricados en arqueada,
vergonzosa realidad:

Lloran al verse ungidos
en dudoso, afiebrado,
mal herido y palpitante cuerpo
de un dios terreno
enclavado
solitariamente en butaca otoñal,
quien manipula sus cuajados juegos
aproximados al espejo de la sonrisa
e inventa sus sueños circunspectos
a ígneas campanas de dos cuerpos
imaginados en un simple, quejoso
y vano poema.

febrero 16, 2007

JAVIER VALENCIA PALOMINO EN EL FIN DEL MUNDO

Un Encuentro de Teatro y Poesía denominado "De Arequipa a Ushuaia" se realizó en el Teatro del Hain, con la presencia del prestigioso teatrista peruano Javier Valencia Palomino.

El dramaturgo, poeta, actor, productor y director teatral Javier Valencia Palomino se ha convertido en el primer teatrista peruano en arribar a la Ciudad de Ushuaia (la ciudad más austral del mundo), para presentar dos libros de poemas y dos obras de teatro.

Invitado especialmente por la Asociación Civil "Teatro del Hain" de Ushuaia, Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur; el día 20 de septiembre de 2006 Valencia Palomino presentó sus libros de poemas: "El eremita guardián de las lágrimas" y "Golpeando la calle".

Leídos por su propio autor, en el primer libro, las palabras nos llevaron a la eterna búsqueda del ser interior y de los sentimientos más recónditos del ser humano, a la sublime búsqueda del amor, pero también nos reflejaron la soledad, la duda, la desazón del hombre... y por qué no también la esperanza y la fe en Dios, en el hombre y en una vida superior.

Sensible, con referencias autobiográficas, con profunda pasión y la ilusión de su propia búsqueda en la vida; Valencia Palomino envolvió con su voz y su lectura al público, sumergiéndolo en una atmósfera de mensajes tristes pero esperanzados, de historias penosas pero mágicas.

En el segundo libro, a través de los susurros de sus palabras, Valencia Palomino nos confiesa una realidad social, económica y política que golpea a su ciudad, a su país y en última instancia a Latinoamérica en general, proclamando también su inevitable compromiso personal ante este complejo escenario sociocultural.
El amor y la muerte, la tristeza, el pesimismo y la soledad, la fe y la esperanza en un destino más justo para los habitantes de esta tierra, se entremezclan armónica, fatal y dulcemente en este golpear la calle... golpear el alma... golpear la vida.

Los días 21 y 22 de septiembre Valencia Palomino se presentó en la Sala del Teatro del Hain, esta vez en calidad de autor, actor y director teatral con la obra "Caja de sueños".

El público asistió al desdoblamiento del actor en ocho personajes disímiles, complejos e impactantes. Casi sin escenografía, con pocos elementos de utilería, Valencia Palomino nos atrapó con su voz y su plasticidad, con su expresividad y ductilidad actoral.

Los distintos personajes dejaron entrever las búsquedas, referencias personales y recurrencias existenciales del propio Valencia Palomino, en cuanto a la necesidad de amor, la soledad, los sueños, la muerte y el olvido del ser humano. Otra vez, podemos observar su compromiso social para con su pueblo, a través del arte y la comunicación creativa... a través de la pasión y el placer puestos de manifiesto en el escenario.

En tanto, los días 23 y 24 de septiembre, Valencia Palomino representó en la misma Sala, su obra "La locura de Matilda". Aquí el actor realizó un trabajo mayormente intimista, adentrándose en un personaje ambiguo, decadente y solitario. Nuevamente asistimos a la soledad y tristeza de un ser marginal, tanto por su condición social como sexual. La degradación, la vejez, el olvido y la incomprensión circundan a este personaje homosexual en sus últimos instantes de vida, sin dejar de aparecer constantemente quiméricas brisas de fe y esperanza por una instancia mejor, aunque paradójicamente ésta sea la muerte.
La original ambientación que define el espacio escénico de la obra (sobrecargada de ropas, telas, objetos y colores), más la música y la luminotecnia, promueven al logro del ámbito sórdido y extravagante del personaje Matilda/Mateo. Un trabajo sumamente emocional y expresivo por parte de Javier Valencia Palomino.

Eduardo Bonafede
Dramaturgo, actor y director teatral
Argentina

enero 29, 2007

linda gaviota



...no es este espacio vacio en la cama, no es la luna que entra por las rendijas de la ventana, no es mi brazo que no te encuentra, no es la distancia de besos que hay de un pecho a otro, no es la cantidad de palabras que se junten para extrañar a alguien que no sabes si espera, no es nada de eso, es solamente mis tercos labios que no te encuentran en las esquinas.

Quizás es porque equivoque el amor por buscarlo en las calles, o es quizás esta tenue luz de Montevideo, sus teatros, su gente, o el ver al mendigo de ojos azules, y mi barba, y mis ojos se posaron en una linda gaviota, en aquel atardecer de noviembre, y me axfisia la cama, las sábanas.

O es que no debo tatuar el amor, no debo dejar lágrimas pegadas en las espaldas, sólo debiera recoger a la gaviota y llevarla a mi lecho y me cuente sus historias de mar y amor, hasta el amanecer, y si no se convierte en la mujer desnuda, la dejaré volar, y que se lleve mi ojos y que los pose en lo alto del puerto para verla volar y ser feliz.

noviembre 30, 2006

lo presiento en la carne

sabines, ¡perdón!
¿qué putas puedo hacer
con dulces niñas
que quieren hombre
y no poesía?

noviembre 28, 2006

no es que piense en ti

no es que piense en ti
la verdad que casi no lo hago
y asi sé que te quiero cada día
como se quiere el desayuno, el sueño,
la película que te divirtió,
la paloma que no huyó de tus manos.
No quiero quererte, por eso no pienso en ti,
pero te quiero, aunque me quiera menos a mi.

lapida equivocada


es una mierda no haber llorado antes
cuando niebla minuscula
me protegia de la gente...
tratando de rescatar del urdimbre final
eterno femur sin precipicio
madera, formol, manos, algodón
creían era mi padre.

Golpeando la calle

como fue que extendi la mano
y me salieron versos
si he sido demonio esteril
volcado a los pies del bufon
que delata las historias
de las hienas en mortal amorío.

febrero 02, 2006

Javier Valencia - Poemas


Bienvenidos al blog del actor, poeta, director y productor peruano, Javier Valencia Palomino. "El Viejo Palomo", donde encontrarás fragmentos de los poemas publicados en los libros "El eremita guardián de la Lágrima" y "Golpeando la calle", vendidos en Perú, Chile, Bolivia y Argentina. Así como poemas de próxima publicación.